Hollinger, heredero de Duchamp, como casi todos, es el creador de una
colección de minúsculos artefactos mecánicos realizados con diversos
materiales (madera, vidrio, agua, plástico, pétalos de rosa
), que
recuerdan a algún elemento de la naturaleza.
La gracia está no sólo en la fragilidad de los mismos, sino en la
minuciosa observación que requieren, ya que sólo así el espectador puede
desentrañar sus secretos.
Hay obras que se activan con los cambios de temperatura, otras que se
mueven en el agua, y alguna, como esta, que, igual que un murciélago
vivo y natural, reacciona a la luz solar.
A veces, Hollinger va más allá, porque a menudo en sus esculturas hay
pequeñas cajitas de madera con visores para escudriñar en su interior,
que contiene un diorama exquisito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario