La Magdalena penitente es un claro ejemplo del lenguaje realista y lleno
de emoción utilizado en la escultura religiosa española.
Esta magnifíca talla responde a un encargo que
Pedro de Mena para la Casa Profesa de los jesuitas e Madrid, en uno de
sus viajes a esta ciudad, la terminó ya en su taller de Málaga en 1664.
Se aprecia en ella Influencia Castellana y se cree que está inspirada en
otra Magalena que se encontraba en Las Descalzas reales de Madrid
atribuída a Gregorio Fernández y anterior a la visita de Mena a Madrid.
El tema de la Magdalena penitente se utiliza como representación del arrepentimiento de los fieles cristianos, no es muy habitual en la época, ni en la escuela andaluza, siendo nuestro escultor uno de los pocos que lo trato, por eso no existen muchas esculturas de este tipo; sólo alguna replicas parecidas datadas posteriormente en Castilla. No existe ninguna en Andalucía donde el tema no tuvo mucho eco, excepto una replica labrada por el propio Pedro de Mena en 1667. Ésta era de pequeño tamaño y ha desaparecido en la actualidad.
El tema de la Magdalena penitente se utiliza como representación del arrepentimiento de los fieles cristianos, no es muy habitual en la época, ni en la escuela andaluza, siendo nuestro escultor uno de los pocos que lo trato, por eso no existen muchas esculturas de este tipo; sólo alguna replicas parecidas datadas posteriormente en Castilla. No existe ninguna en Andalucía donde el tema no tuvo mucho eco, excepto una replica labrada por el propio Pedro de Mena en 1667. Ésta era de pequeño tamaño y ha desaparecido en la actualidad.
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